Cómo conducir con… VIENTO.
Reducir la velocidad para un mejor control del vehículo y para no superar el límite de velocidad de la vía en caso de tener el viento a favor.
Sujetar con firmeza el volante con las dos manos, evitar las distracciones y no realizar movimientos bruscos.
Tener en cuenta la dirección del viento. Podemos valernos de las mangas de viento, banderas e incluso la vegetación, pudiendo así estar preparados ante un viento fuerte.
Extremar la precaución al superar edificios o adelantar camiones por el “efecto pantalla”. Este efecto se produce cuando un vehículo de grandes dimensiones o un edificio disimulan la verdadera fuerza del viento. Tras superarlos, el viento empujará con fuerza, lo cual se puede contrarrestar con una suave presión en el volante contra la dirección del viento. También debe tenerse en cuenta que el efecto surge antes de que nos pongamos a la altura del camión o el edificio, pues venimos de un fuerte empuje a uno menor. Cuando nos pongamos a la altura de dichos “obstáculos”, deberemos separarnos lo máximo posible para no chocar contra ellos.
Evitar llevar cargas en el techo y el uso de remolques. Las primeras, si no están bien distribuidas y no tienen una buena forma aerodinámica, provocarán su desprendimiento y/o una conducción complicada. Los segundos, pueden afectar a la estabilidad del vehículo. Si es necesario llevar cargas o remolques, se debe reducir la velocidad y vigilarlo constantemente.
FUENTE: Tráfico y Seguridad Vial.
